El bienestarismo se sostiene
siempre sobre propuestas que prometen reducir de forma inmediata el
número o el sufrimiento de las víctimas. «Todos
queremos la abolición —se
dice a menudo—, pero
como no va a llegar de la noche a la mañana, debemos apoyar hasta
entonces medidas que minimicen el sufrimiento de los animales».
En cuanto el abolicionismo alza su voz en contra de esas medidas,
poco tarden en hacer aparición las acusaciones de costumbre: «¡No
os importa el dolor de las víctimas!»,
una sentencia a menudo rubricada con un «¡Sólo
os preocupa la pureza ideológica!».